Nuestra Historia
Fundado el 21 de julio de 1961, el Instituto Neurológico de Guatemala nació gracias a la determinación de un grupo de padres comprometidos con ofrecer un futuro mejor para niños y jóvenes con discapacidad intelectual y autismo.
Desde sus inicios, con solo 12 alumnos, 1 maestro y 2 niñeras, el Instituto se convirtió en una institución pionera en Guatemala. Gracias al apoyo del Gobierno de Guatemala, en 1968 se obtuvo en usufructo un terreno junto al Hospital Roosevelt, donde hoy continuamos nuestra misión con cientos de alumnos y familias beneficiadas.
-
Brindamos servicios educativos y terapéuticos especializados que potencian las habilidades y promueven la inclusión social integral.
-
Ser promotores del desarrollo integral, construyendo una sociedad inclusiva y justa donde las personas con discapacidad intelectual y autismo vivan plenamente reconocidas y valoradas.
-
Pasión
Profesionalismo,
Inclusión
Respeto
Compromiso
Nuestro Equipo
En el Instituto Neurológico de Guatemala, nuestro equipo es el corazón que impulsa cada historia de superación.
Contamos con un grupo humano diverso, apasionado y profundamente comprometido con la inclusión y el bienestar de nuestros alumnos. Desde la Junta Directiva —integrada por profesionales altruistas que aportan su experiencia ad honorem— hasta cada maestra, terapeuta, psicóloga, trabajadora social, coordinador y personal administrativo, todos comparten un mismo propósito: transformar vidas con amor, conocimiento y dedicación.
Nuestro equipo educativo y terapéutico está conformado por especialistas en educación especial, fisioterapia, terapia de lenguaje, terapia ocupacional, psicología, integración sensorial y orientación familiar, quienes trabajan en conjunto para diseñar intervenciones personalizadas que respondan a las necesidades de cada alumno.
Además, contamos con un equipo de comunicación, recaudación de fondos, administración y voluntariado, cuya labor silenciosa pero esencial permite que cada programa funcione, crezca y llegue a más familias cada año.
Aquí, cada rol importa. Porque cada uno, desde su lugar, construye un entorno lleno de oportunidades, respeto y esperanza.